Tierra vertebrada por el gran Ebro, itinerario senderista de principio a fin. Cuenca abierta entre la cordillera Ibérica y los Pirineos, de montañas salpicadas por innumerables lagos de aguas cristalinas, manantiales y majestuosas cascadas, briosos ríos autores de barrancos y cañones que desde tiempos prehistóricos invitan a la ensoñación y la aventura. Caminos para llegar a lugares mágicos recreados por la mano afortunada del hombre, como el Monasterio de Piedra, o ideados para otros fines y hoy paraíso de la pesca y los deportes náuticos, como el Mar de Aragón. Senderos para contemplar una rica fauna que encuentra alimento y refugio en lagunas, riberas y galachos, para acercarnos a los milenarios balnearios que han sanado a reyes y emperadores. Infinitas singladuras te esperan en los caminos del agua de Aragón.